Centro de Estudiantes de Humanidades

jueves, agosto 23, 2007 


El 15 de agosto de 1972, en la postrimería del gobierno dictatorial de General Alejandro Agustín Lanusse, veinticinco presos políticos pertenecientes al PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo); las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros, se fugaron del penal de Rawson en la provincia de Chubut.

Seis de ellos lograron llegar al Chile de Salvador Allende. Diecinueve no alcanzaron a subir al avión. Se entregaron luego de acordar públicamente garantías para su integridad física.

El 22 de agosto los diecinueve prisioneros fueron fusilados a mansalva con ráfagas de ametralladoras en la base naval Almirante Zar. Como antes había sucedido en la masacre de José León Suárez, algunos sobrevivieron para contar la historia, para mantener viva la memoria, para no olvidar, ni perdonar.


Los héroes de Trelew

Los caídos el 22 de agosto de 1972


Carlos Alberto Astudillo (FAR). Nació en Santiago del Estero en el 17 de agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina en la Universidad de Córdoba. Detenido el 29 de diciembre de 1970 y brutalmente torturado.

Rubén Pedro Bonet (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1942 (30 años), casado y padre de dos chicos, Hernán y Mariana, de 4 y 5 años. Perteneciente a una familia muy modesta abandonó sus estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Detenido en febrero de 1971.

Eduardo Adolfo Capello (PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1948 (24 años), estudiante de ciencias económicas y empleado. Detenido cuando intentaba expropiar un auto en febrero de 1971.

Mario Emilio Delfino (PRT-ERP). Nació en Rosario el 17 de septiembre de 1942 (29 años), casado. Estudió ingeniería en la Universidad de Santa Fe. Inició su militancia en Palabra Obrera, que confluiría en el PRT. Abandonó sus estudios universitarios para ingresar como obrero en el frigorífico Swift de Rosario, donde trabajó 5 años. Detenido el 14 de abril de 1970. El V congreso del PRT lo eligió miembro del Comité Central en ausencia.

Alberto Carlos del Rey (PRT-ERP). Nació en Rosario el 22 de febrero de 1949 (23 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Rosario, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Detenido el 27 de abril de 1971.

Alfredo Elías Kohon (FAR): Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945 (27 años), estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba y trabajaba en una fábrica metalúrgica. Formó parte de los comandos Santiago Pampillón y fue fundador de las FAR local. Detenido el 29 de diciembre de 1970.

Clarisa Rosa Lea Place (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948 (23 años), estudió derecho en la Universidad de Tucumán, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Detenida en diciembre de 1970 durante un control de rutina.

Susana Graciela Lesgart de Yofre (MONTONEROS). Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949 (22 años), maestra. Se radicó en Tucumán donde enseñaba y compartía la vida con los trabajadores cañeros. Fue una de las fundadoras de Montoneros en Córdoba. Detenida en diciembre de 1971.

José Ricardo Mena (PRT-ERP). Nació el 28 de marzo de 1951 en Tucumán (21 años), obrero azucarero. Integró los primeras grupos del PRT en Tucumán. Detenido tras la expropiación a un banco, en noviembre de 1970.

Miguel Ángel Polti (PRT-ERP). Nació en Córdoba el 11 de julio de 1951 (21 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Córdoba, era hermano de José Polti, muerto en abril de 1971. Detenido en Córdoba, en julio de 1971.

Mariano Pujadas (MONTONEROS). Nació en Barcelona el 14 de junio de 1948 (24 años), fue fundador y dirigente de Montoneros en Córdoba. Participó en la toma de La Calera. Estaba a punto de terminar la carrera de ingeniero agrónomo cuando fue detenido en una redada, en junio de 1971.

María Angélica Sabelli (FAR). Nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1949 (23 años), conoció a Carlos Olmedo cuando estudiaba en el Colegio Nacional Buenos Aires. Cursaba matemática en la facultad de ciencias exactas, trabajaba como empleada y como profesora de matemática y latín. Detenida en febrero de 1972 y salvajemente torturada.

Ana María Villareal de Santucho (PRT-ERP). Nació en 9 de octubre de 1935 (36 años), era compañera de Mario Roberto Santucho y madre de tres chicos. Licenciada en artes plásticas por la Universidad de Tucumán. Junto a Santucho empezó a militar en el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular) que luego confluyó en el PRT. Detenida en un control de rutina en un colectivo.

Humberto Segundo Suarez (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 1 de abril de 1947 (25 años), de origen rural, fue cañero, obrero de la construcción y oficial panadero. Detenido en marzo de 1971.

Humberto Adrián Toschi (PRT-ERP). Nació en 1 de abril de 1947 en Córdoba (25 años), trabajaba en una empresa familiar hasta que eligió ser obrero. Detenido, junto con Santucho y Gorriarán Merlo, en una redada el 30 de agosto de 1971.

Jorge Alejandro Ulla (PRT-ERP). Nació en Santa Fe el 23 de diciembre de 1944 (27 años), maestro; abandonó sus estudios para trabajar como obrero en una fábrica metalúrgica. Participó del congreso fundacional del ERP y en la primera operación armada. Detenido junto con Humberto Toschi en Córdoba, en agosto de 1971.


La cadena de mandos y los principales actores involucrados con mayor responsabilidad en la masacre fueron los siguientes:

General Alejandro Agustín Lanusse - Presidente de facto y comandante en jefe del Ejército

Almirante Guido Natal Coda - Comandante en jefe de la Armada

Brigadier Juan Carlos Rey - Comandante en jefe de la Fuerza Aérea

Contralmirante Hermes Quijada - Jefe del Estado Mayor Conjunto (asesinado luego en venganza)

General Eduardo Ignacio Betti - Jefe del operativo militar en la zona de emergencia

Capitán de navío Horacio Mayorga - Jefe de la Base Aeronaval Almirante Zar

Capitán de fragata Luis Emilio Sosa - A cargo de la Base Aeronaval al momento de la tragedia 1

Teniente de corbeta Roberto Guillermo Bravo - Oficial superior, presente durante los hechos

Arturo Mor Roig - Ministro del Interior (asesinado en 1974 por Montoneros)

Jorge V. Quiroga - Juez de la Cámara Especial (asesinado luego en venganza)

1- “Los hechos ocurridos (en Trelew) han despertado dos actitudes en la gente que nos rodea. Unos pretenden acusar a la Armada de haber provocado una masacre intencional. Los otros, ante el hecho consumado, lo justifican y hasta lo aplauden, dada la peligrosidad de los presos. Ni unos ni otros tienen razón. La Armada no asesina. No lo hizo, no lo hará nunca. Se hizo lo que se tenía que hacer. No hay que disculparse porque no hay culpa. No caben los complejos que otros tratan de crear. La muerte de seres humanos es siempre una desgracia. Estos muertos (alude a los sediciosos) valen menos, en el orden humano, que el guardia cárcel Valenzuela (muerto el 15 de agosto en el operativo de fuga de la conducción guerrillera), que los humildes argentinos del orden público muertos en servicio.”
Declaraciones de Horacio Mayorga, jefe de la Aviación Naval –uno de los responsables de la represión en el campo de concentración que funcionó en la ESMA-, en La Prensa, 6 de septiembre de 1972.


CARTA ABIERTA
al PRESIDENTE de la NACION, a los SEÑORES MINISTROS, SENADORES, DIPUTADOS.
a los DIRIGENTES POLITICOS, SINDICALES y ESTUDIANTILES de la REPUBLICA ARGENTINA.

El 22 de agosto de 1997 se cumplen 25 años de los hechos de "Trelew". Me dirijo a ustedes, una vez más, para que sea restituida la verdad histórica, que es la obligación con la sociedad argentina, con las nuevas generaciones; y son ustedes los representantes.

Desde Francia, el país que me dio asilo, exijo que se hagan públicos los nombres de los responsables directos e indirectos de los sucesos de Trelew y de esa manera pemitir que la justicia sea rendida a los pocos familiares de TreIew que no fueron exterminados.
El 22 de agosto de 1972 es una fecha histórica para el país. En el mismo lugar que las cenizas de la Patagonia trágica dejaron iluminada una ultima chispa, se inicia la política del terrorismo de Estado que culminará con el golpe de 1976. Allí se decide de acuerdo con criterios nazis, la supresión física de los militantes populares, allí se inicia la "solución final" como el método de exterminio por parte de las Fuerzas Armadas Argentinas.

Trelew fue el preludio de una época sangrienta. El General Lanusse, íntimamente vinculado con el nacionalismo de derecha y con grupos fascistas ligados a la burocracia sindical, asume la decisión de ejecutar a los presos políticos de Trelew. Son los mismos grupos que a partir de 1973 forman la dirección de López Rega, las famosas "triple A" que en dos meses (entre Julio y setiembre de 1974) produjeron 220 atentados, 60 asesinatos, 44 heridos y 20 secuestros.
Es así que nuestra historia continúa, cuando en 1975 Isabel Perón decreta la intervención del ejército en la lucha contra la guerrilla, este ejército preparará, modificará y mejorará, los métodos de eliminación física de una generación.

Como dijo el General Sain Jean (Gobernador de Buenos Aires): "nosotros vamos a matar a todos los agentes de la subversión, después a los colaboradores, a los simpatizantes, después a los indiferentes y terminaremos con los tímidos". En el golpe de 1976 y sin gran dificultad, los veteranos de Tacuara, de la Triple A, los mercenarios de la muerte, se asimilan sin dificultad a las fuerzas represivas de la dictadura militar de Videla.

El 22 de agosto de 1972, fueron asesinados - en la base naval Almirante Zar - 16 presos políticos quienes habían sido trasladados allí seis días antes, luego de una acción conjunta (de Montoneros - ERP - FAR ) de fuga de la cárcel de Rawson. La acción no pudo realizarse con total éxito y es así que como ante un juez, autoridades militares y la prensa se rinden el 16 de agosto.
Es el capitán Sosa que da su palabra de honor sobre las condiciones de seguridad con la que serán tratados los presos una vez que se rindan y entreguen las armas: ¿Es el mismo capitán Sosa, el teniente de Navío Bravo, y el Teniente del Real, y el Cabo Mirandino, junto al capitán Herrera; que los ejecutaron en la noche del 22 de agosto? ¿Las órdenes las recibieron del General Betti, del Mayor Laroca y del almirante GNAVI? ¿Del General Lanusse? ¿Qué pasó en la base Almirante Zar?

Oficialmente la opinión pública argentina fue informada de una serie de mentiras contadas por el contraalmirante Hermes Quijada, y durante la noche del 22 de agosto el gobierno sanciona la ley 19797, por lo que se establecen penas de prisión para quienes divulguen imágenes de personas ligadas a grupos subversivos, impidiendo toda difusión de la verdad.

El pueblo argentino comprendió que la mentira era tan grande como la sangre derramada.
Desde hace 25 años exijo que se establezca la verdad. La prensa oficial, el gobierno argentino, deben publicar de manera solemne los textos íntegros de los tres sobrevivientes de Trelew (Haidar, Berger, Camps hoy detenidos desaparecidos).
Exijo que reaparezca el juicio caratulado: Bonet Alicia, contra el Estado Nacional (Comando en Jefe de la Armada) S/ daños y perjuicios, radicado en el juzgado de la primera instancia en lo federal, Civil y Comercial Nº 6, el 20 de octubre de 1972.
Exijo que se divulguen los resultados de la autopsia realizada por los médicos forenses de la justicia nacional, donde se reconoce que mi esposo Rubén Pedro Bonet, presenta un tiro de gracia.

La existencia en el país de una instancia constitucional, debe permitir esclarecer los crímenes cometidos en la base Almirante Zar. No se puede olvidar que después de Trelew, las Tres A dinamitaron la Asociación Gremial de Abogados, dinamitaron y mataron a la familia de Mariano Pujadas, de Lea Place, de Santucho. Que la mayor parte de hermanos y hermanas de los fusilados en Trelew están hoy desaparecidos: Lesgart, Capello, entre otros. Más de 50 abogados fueron asesinados entre 1972 y 1975, todos habían defendido presos políticos. Cientos más formaron parte de los 30.000 desaparecidos.

Hoy no alcanza con rendir homenaje a todos nuestros muertos, hoy tenemos que demostrar que no se puede hacer callar, y matar a todo un pueblo. Que debemos asumir y recuperar la memoria.
Si se instala la impunidad en nuestra sociedad, si la justicia pierde su sentido, si los derechos individuales, humanos, elementales, no son respetados, se impone la ley de la selva; quiere decir que los asesinatos quedan impunes, las víctimas no son reconocidas, y el futuro de la sociedad argentina se vislumbra como un gran caos. Son ustedes los representantes del pueblo los que pueden impedir que esta masacre quede impune. Ustedes son los representantes del futuro. Y es el pueblo quien debe exigir que la justicia sea llevada a cabo.

Alicia Leichuck de Bonet CI: 3.811.312

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